esa mujer tenía la mirada melancólica
como la mayoría de las mujeres del país
esa mujer
apostaba siempre su existencia
carcomida por dudosos ángeles
y miedo
y mercados con humo
esa mujer
con su angustia cretina y desdentada
sin olor a nuevo
sin dios y sin monedas
ella
para llorar los dos por la derrota
para palpar los muros
y aferrarnos
tenía los ojos marrones y perdidos
ligeramente tristes
como la mayoría
de las mujeres del país
y un modo memorable de abrazar
de invocar los sueños por lo bajo
esa mujer
emilia
para llorar los dos
por la derrota.